viernes, 20 de febrero de 2009

Crónicas de un corazón roto.

El viento te lleva, yo agito los brazos inútilmente tratando de alcanzarte. Salto, me tropiezo y me caigo. Me levanto, agito los brazos, grito que te necesito, no te vayas. Me vuelvo a caer, cada vez estás más lejos. Levanto la mirada, el cielo se nubla, no te vayas, por favor no te vayas. Me arrodillo, me arrastro, mis rodillas sangran, mi pie se torció, me estoy quedando sin vos. Parece que vas a volver, mi vida tiene color. El viento te lleva a otra parte, parecía que *por fin* te iba a alcanzar, ibas a ser parte de MÍ... Pero no. El cielo se nubla de nuevo, comienza a llover, me quedo llorando. Grito que te necesito, estás muy lejos, no podés oírme(no quieres oírme). Cae un rayo sobre mi corazón, termino acostada entre los yuyos. Mi piel está sangrando, el cuerpo me pica, el agua está fría, te necesito. Era tan feliz contigo al lado! Y ahora veo una mancha, ya no veo tus ojos, tu boca, tu nariz, no veo nada de tí con claridad. Te fuiste, te marchaste. Fuiste mía, sos libre, soy libre. Puedo morir, podés ser feliz, podés seguir volando, puedo seguir muriendo, podés recordarme, puedo olvidarte, podés olivdarme, puedo guardarte en un ricón de mi corazón, podés reírte, puedo llorarte, podés necesitarme, puedo estar a tu lado, podés marcharte de nuevo, podés usarme, podés hacerme lo que quieras, yo soy simplemente una rama seca, un río de sal, un desierto. Si te sirvo así, usame. Si no te conformás, cubrí mi sed de agua, cuidame, iluminame, oxigename, hasta que *por fin* sea lo que vos realmente necesitás.
Te disfurté, debías quedarte conmigo, *estabas* para protegerme, para cuidarme, para defenderme del diluvio... Me vendaste los ojos, mojaste tus dedos en azúcar, acariciaste mis labios, saboreé la dulzura, quise más, NO me pude *conformar* con eso. No lo pude discimular, te diste cuenta... agarraste el tarro de azúcar, me lo revoleaste, los *pequeños* granos lastimaron mis pupilas, no podía ver. Abrí los ojos, nada de esto fue una pesadilla. Pude notar que ya NO estabas aquí conmigo. El calvario NO terminó, aquí todavía sigue lloviendo.


By: Paula Nahir Abaigar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario